lunes, 20 de enero de 2014

HELENA


Quiso el mar regar tus ojos al nacer,
Quiso el sol con su blanco amanecer
tender su brillo en tu piel,
Quiso el aire susurrarte al oído
sus primeros acordes de vida.

Con un llanto de esmeralda
te asomaste por primera vez a la vida,
Con un gesto de ternura

despertaste entre mis manos,
Con un destello de tus cabellos
inundaste de oro mi corazón.

En un sueño sin recuerdos,
esbozaste tu primera sonrisa.
Me hablaste con tus ojos,
me abrazaste con tu luz,
dibujaste una estrella que sólo yo vi.

Alcanzaste tu destino sin dudar,
con la magia del aprendiz,
con la vida unida a su creación,

Llegaste para sellar el tiempo,
con la ilusión firme de permanecer,
Escribiendo con ternura, el ávido

paso del destino sobre nuestras vidas.

diciembre 2009

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